Las perlas nos han conquistado desde hace siglos. Tanto es así que en la antigua Grecia ya eran conocidas como las lágrimas de los dioses, y se asociaban con una inmensa cantidad de mitos. Pero ¿sabías que hay perlas de colores muy dispares? No solo eso, sino que también puede cambiar tanto el tamaño como el brillo dependiendo de su procedencia. 

collar de perlas

Hoy queremos contártelo todo sobre las perlas y sobre su producción, y cómo el nácar que las conforma puede dar lugar a piedras tan dispares. ¡Continúa leyendo!

Qué tienen todas las perlas en común

Pese a que podamos hallar perlas tan diferentes en el mercado, todas provienen de los moluscos. Principalmente, se originan en el interior de una ostra. El proceso es sencillo: las ostras, ante la presencia de un objeto extraño, liberan nácar. Se encargan de crear una esfera de este material para recubrir aquello que les molesta o que podría ocasionarles algún daño. Este proceso puede llegar a ser muy, muy largo, ¡incluso de una década! 

Pese a que el proceso sea muy similar en todas las perlas, estas guardan entre sí claras diferencias. A continuación, vamos a ver los diferentes tipos de esferas de nácar que hay y qué caracteriza a cada uno de ellos. ¡No te lo pierdas!

Las perlas de agua dulce

En primer lugar, hemos de comenzar hablando de las perlas de agua dulce. También se conocen como Freshwater, y suelen proceder de lagos y ríos tanto de China como de Japón. E incluso hay ciertas zonas de Estados Unidos en las que también podrás llegar a encontrarlas. 

Su tiempo de cultivo es bastante bajo, de entre seis meses a cuatro años. Esto también ayuda a que su producción sea mucho más alta que en la de otros tipos de perlas. Además, cada ostra puede llegar a producir bastantes perlas en su vida.

El hecho de que haya tantas de este estilo afecta tanto al precio como a las formas que podrás encontrar. Su precio puede llegar a ser mucho más bajo, puesto que no hay tanta escasez. Y, además, las formas en las que se pueden encontrar son muy diversas: lisas, barrocas, estriadas… ¡Para todos los gustos! Otro tanto de lo mismo sucede con los colores, puesto que encontrarás algunas blancas, otras rosas, cremas e incluso moradas. Normalmente, proceden de granjas de cultivos de los seres humanos.

Perlas Akoya

Estas provienen principalmente de Vietnam, China, Japón e incluso Tailandia. En este caso, tienen una peculiaridad y es que necesitan un tratamiento antes de su formación. Eso es lo que hace que su color sea tan peculiar, puesto que suele ser azul pálido o incluso gris claro. 

Pero ¿en qué consiste el tratamiento? Pues en que estas ostras deben llegar a cumplir tres años antes de que la perla pueda comenzar a formarse. Eso hace que su tiempo de producción sea mayor, y eleva considerablemente su coste. Eso y que estas ostras suelen producir una sola perla en toda su vida. En cuanto al tamaño, ronda entre los 3 y los 10 mm de diámetro.

Las amadas perlas Negras de Tahití

Las perlas de Tahití son, sin lugar a duda, una de las más buscadas y queridas en la joyería. Porque su peculiar color negro aporta un toque distinguido que muchos quieren tener en sus piezas. Estas tienen un tamaño de entre 8 y 18 milímetros, y suelen ser muy oscuras. No solo las hay negras, sino que también las encontrarás con colores grises, verdes oscuros o incluso de tonos casi azulados. 

Nacen en las aguas de México, Panamá y de la Polinesia Francesa. Además, son unas de las más valoradas porque cada ostra es capaz de dar, como máximo, dos perlas a lo largo de su vida. Su precio no suele ser bajo, debido también a esta escasez.

Perlas de los Mares del Sur

Si hay una perla valiosa por antonomasia, esa es la que conocida como de los Mares del Sur. Surge en Australia, Filipinas, Birmania, Indonesia e incluso en Nueva Guinea. Su tamaño entra dentro de la media, entre los 9 y los 16 milímetros. Pero tiene una peculiaridad: su tonalidad es de un brillo increíble. Puedes encontrarlas en tonos muy claros, desde blancos hasta plateados, pasando por rosas e incluso dorados. 

Son muy, muy famosas y valoradas porque cada ostra produce una única perla en toda su vida. Son piedras de un lujo incalculable, y cuyo fulgor conquista a cualquier persona.

Perlas barrocas

Seguramente hayas oído hablar de las perlas barrocas, e incluso conozcas a alguien que tenga pendientes hechos con estas piedras. Se caracterizan por tener una forma irregular, normalmente con una parte plana y una gran cantidad de bultos. No son esféricas, sino que se alejan de la conocida como forma perfecta de la perla. Pese a esto, se consideran unas de las mejores alternativas para hacer pendientes y algunos collares.

Pero ¿por qué tienen esta forma? Es muy sencillo: cuando el material que compone la piedra por dentro se descompone y despide gas, su forma cambia. Eso hace que ciertas partes de la perla se inflen y le otorga una forma muy peculiar. 

¿Son perlas naturales o perlas cultivadas?

Prácticamente todas las perlas que encontrarás ahora mismo en el mercado son cultivadas. Son pocas las que podrás hallar naturales, y su precio será siempre más elevado. La diferencia real entre ambas no es ni la calidad ni la procedencia, sino la forma de cultivo. Como bien sabrás, para que se origine una perla se debe introducir un trozo de arena o cualquier elemento extraño dentro de una ostra. Y esto no le sucede ni a todas las ostras ni a todos los moluscos en general, puesto que solo se da en algunos casos.

> Descubre aquí la diferencia entre perlas naturales, cultivadas y sintéticas

En las granjas de perlas, estos objetos se introducen dentro de las ostras de forma manual y siguiendo unos procedimientos concretos. De esta manera, lo que se consigue es asegurar la producción final. ¡Aunque no es tan sencillo! Al final, estamos hablando de un proceso que sucede dentro de la concha de un bivalvo y que es imposible de controlar.

Esa es parte de la magia de las perlas: su proceso de producción. Cómo la ostra crea una protección frente a algo externo y, tratando de defenderse, diseña una auténtica obra de arte natural.

Si quieres saber más acerca de la formación de esta hermosas piezas de joyería, descubre aquí cómo se forman las perlas

Evaluación del valor de las perlas: Qué considerar

Tamaño y forma. Las perlas vienen en una amplia gama de tamaños y formas. El tamaño de una perla puede variar desde pequeñas, con un diámetro de menos de 1 mm, hasta grandes joyas centrales de más de 20 mm. La forma también es un factor determinante en su valor, ya que las perlas pueden ser redondas, semirredondas, barrocas o completamente irregulares. Las perlas perfectamente redondas y simétricas suelen ser las más valoradas, mientras que las formas irregulares pueden tener su propio atractivo estético dependiendo del gusto del comprador.

Color y brillo. El color de una perla es un componente clave de su valor. Las perlas naturales y cultivadas pueden presentar una amplia gama de colores, desde blancos y cremas hasta tonos rosados, dorados, verdes, azules y negros. Un color intenso y uniforme, así como un brillo lustroso y radiante, contribuyen significativamente a su atractivo y valor. Las perlas con tonos excepcionales y brillo deslumbrante suelen ser las más codiciadas.

Superficie y calidad. La calidad de la superficie de una perla es crucial para su valoración. Las perlas de alta calidad tienen superficies lisas, limpias y libres de imperfecciones visibles como manchas, marcas o irregularidades. Aunque algunas imperfecciones mínimas pueden ser aceptables e incluso indicativas de autenticidad en perlas naturales, una superficie clara y casi sin defectos aumenta considerablemente su valor.

Colección de perlas de Naithelo

Por último, te dejamos con algunas de las perlas de nuestro catálogo. 

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