Sentirte estafado tras hacer una compra es una de las peores sensaciones del mundo. Si a eso le sumas el haber hecho un desembolso monetario importante en una joyería y haber dado con falsificaciones, esta desazón puede aumentar. 

No obstante, no te preocupes. Nosotros te explicaremos algunos trucos para que puedas averiguar si la joya que tienes entre tus manos es de oro de ley o no.

¡Continúa leyendo, y resolveremos todas tus dudas!

pieza de oro puro

Los métodos para comprobar la autenticidad del oro

Existen una gran cantidad de métodos para saber si la pieza que has adquirido es de buena calidad. Lo primero que has de saber es qué es exactamente el oro puro, para así saber de qué estamos hablando en todo momento.

A la hora de medir la pureza de este elemento se habla de milésimas. Se considera que, de las 1.000 milésimas que conforman el material, al menos 999 son de oro

Mas también se puede medir en quilates, señalándose como puro el de 24 quilates. Este suele tener un porcentaje de pureza del 99,9%, y su precio suele ser bastante elevado. No se suele usar en joyería, puesto que suele ser demasiado blando para ser trabajado. Sí que podrás encontrar oro de 18 o de 14 quilates, cuya densidad es menor pero continúa ofreciendo una calidad excepcional. 

Pero, ¿cómo podemos saber si la pieza que nos han vendido es realmente de oro? Porque pudiera darse el caso de que únicamente se encontrase chapada en este material, pero su corazón fuera de otro metal. Existen muchas formas diferentes de hacerlo, ¡así que vamos a verlas!

Marcas identificativas

La primera prueba es, a su vez, la más sencilla. Consiste en buscar el sello que toda joya debe tener, que nos indicará tanto la pureza del metal como el código del fabricante. Pueden ser variadas, puesto que no todos los fabricantes usan las mismas. No obstante, la más habituales son las siguientes:

• Cuando el oro es de 18 quilates, puede aparecer grabado “18 K”, o “750”. Ambas marcas están indicando la densidad de este material. En Europa se suele utilizar mucho la numeración del 1 al 999 indicando los quilates, de ahí que las piezas de 18 K tengan un 750. Esto nos indica el porcentaje exacto de oro que hay en la pieza.

En el caso de ser de 14 quilates, lo habitual es encontrar que en la joya aparece “14 K”.

El principal problema de este test es que, pese a ser muy fácil, puede no ser verdad. Es decir, pueden haber realizado el grabado sin que realmente se corresponda con el producto. Es por eso por lo que recomendamos realizar más de una de estas pruebas de forma conjunta.

oro marcado a 999 de pureza

El principal problema de este test es que, pese a ser muy fácil, puede no ser verdad. Es decir, pueden haber realizado el grabado sin que realmente se corresponda con el producto. Es por eso por lo que recomendamos realizar más de una de estas pruebas de forma conjunta.

Color

Otro de los trucos que puedes usar para ver si realmente estás ante oro de calidad es el del color. Este material siempre tiene un color uniforme, incluso aunque puedan aparecer golpes o envejezca. Si aprecias que en la joya hay zonas desgastadas en la que se ven tonalidades diferentes, no es oro. 

✔ Descubre aquí los colores del oro.

La prueba cerámica

¿Tienes un plato de cerámica que no haya sido esmaltado? Si la respuesta es afirmativa, este truco es perfecto para ti.

Frota con suavidad la joya contra el plato, sin ejercer demasiada presión. Si tras su paso deja líneas doradas, ¡es oro! Si las líneas son de otro color, no lo es. Pudiera ser que la alhaja en cuestión tuviera un baño de oro, así que es mejor confirmar con otras piezas.

El test del imán

En este caso, necesitarás tener un imán realmente potente. Si cuentas con uno en tu hogar, prueba a acercar la joya en cuestión: si no se ve atraída por el imán, ¡es oro! Esta prueba puede llegar a ser concluyente siempre y cuando el imán tenga fuerza, puesto que el oro no es férrico.

Medir la densidad

Este test es uno de los más fiables si lo que quieres es descubrir cuál es la densidad de la sortija o los pendientes. Lo que se consigue es averiguar la cantidad de metal puro que hay en la pieza en concreto, más allá de la posible mezcla que pueda haber con otros materiales. 

Para llevarla a cabo, necesitarás un recipiente milimetrado y una báscula que pueda medir gramos. A partir de ahí, tendrás que usar la siguiente fórmula: densidad = masa (en gramos) / volumen desplazado (en centímetros cuadrados). Tendrás que armarte de paciencia, puesto que puede ser una prueba lenta, sobre todo si no se ha realizado antes.

Lo primero que tendrás que hacer es llenar el recipiente de agua hasta una de las marcas, calculando que sea capaz de cubrir la joya en sí. Anota el valor que has obtenido, siempre en milímetros, y pon ese recipiente en la báscula. Tras eso, anota al lado el valor obtenido en gramos. A continuación, procede a introducir la joya y a anotar los dos valores con esta dentro.

Cuando ya tengas los datos, no tendrás más que dividir el peso entre el volumen que se ha incrementado el agua al introducir la joya. De esta manera, tendrás exactamente la densidad. El resultado en piezas de 24 K debe ser de 19,32; en las de 18 K de 15,58; y, por último, en las de 14 K de 13,07.

Ácido Nítrico

No es un método recomendable para realizar en el hogar, puesto que el ácido nítrico puede ser corrosivo y ocasionar daños en la piel. Es sencillo, eso sí: basta con colocar la pulsera o el anillo sobre una placa de acero y dejar caer unas gotas de ácido nítrico. Si este provoca que la joya cambie de color y se ponga verdosa, no es oro de ley. Si la tonalidad que alcanza es blancuzca, estás ante plata que ha sido posteriormente bañada en oro. Mas si se queda del mismo color, ¡es oro!

Método de la piedra de toque

Es un truco que suelen usar las personas que trabajan en una joyería y que tienen cierta experiencia, puesto que requiere tener una piedra de toque y unos ácidos concretos. Mediante el roce de la piedra contra la pieza en cuestión, y ayudándose de ácidos, se consigue ver el quilataje completo de cada joya. No es un test sencillo que se pueda realizar en casa, así que es mejor pedir ayuda a un profesional.

Mordedura

Seguramente hayas visto en muchas ocasiones a gente mordiendo el oro en el cine, tratando de comprobar si la joya es original o no. No es ficción: si muerdes una pieza, podrás saber si estás ante oro de ley o no. Si al rozar sin mucha fuerza con tus dientes la joya aparece una hendidura, es oro. Este metal es relativamente blando, con lo cual es fácil provocarle algún tipo de mella. Eso sí: ve con cuidado si no quieres romper la pieza o desgastarla antes de tiempo.

Puede darse el caso de que el anillo o la pulsera en cuestión se encuentre bañada en oro y aparezca una mella, con lo cual no es un truco infalible.

El truco del limón

Todos tenemos un limón en nuestra nevera, ¿a qué sí? Pues no necesitarás más para saber si es oro. Solo tendrás que echar unas gotas sobre la alhaja y secarla con una tela blanca. Si esta tela se vuelve negra, o se mancha, no estás ante oro de ley. Mas si mantiene el mismo color blanco, ¡sí! Sencillo, rápido y muy económico.

Vinagre blanco y fuego

Uno de los trucos caseros más conocidos es el del vinagre blanco, puesto que el oro no reacciona con los ácidos de este tipo. Mas si tu joya no es de verdad, debes saber que probablemente se dañe. Lo primero que debes hacer es colocar la pieza en un recipiente con vinagre blanco durante, aproximadamente, 15 minutos. Si tras sacarlo mantiene su brillo, ¡es oro de ley! 

El fuego también puede serte de ayuda, porque si al acercarle un mechero se oscurece ya sabrás que no es oro. Si únicamente se oscurece, estarás ante una joya de verdad.

trozos de oro

El fuego también puede serte de ayuda, porque si al acercarle un mechero se oscurece ya sabrás que no es oro. Si únicamente se oscurece, estarás ante una joya de verdad.

Pasta de dientes

Por último, otro método sencillo y que podrás hacer cómodamente desde tu hogar. Solo necesitarás un poco de pasta de dientes y frotar con suavidad la pieza. Los ingredientes que tienen los distintos dentífricos del mercado pueden ser abrasivos, pero no harán ningún tipo de daño al oro. Así podrás comprobar si te han dado gato por liebre o si es realmente de oro de ley.

Cualquiera de estos trucos puede ser muy efectivo, sobre todo si combinas un par de ellos. Mas lo mejor es confiar siempre en joyerías que ofrezcan siempre la seguridad de que sus joyas son calidad.

Mitos comunes y errores a evitar

La identificación del oro a menudo está rodeada de mitos y conceptos erróneos. Para aclarar la confusión y evitar errores comunes, es importante abordar algunos mitos que circulan en torno a la autenticación del oro:

  • Color como indicador absoluto: Uno de los mitos más comunes es que el color es un indicador infalible de autenticidad del oro. Si bien el oro es conocido por su característico tono amarillo, otros metales y aleaciones también pueden tener un color similar. Por lo tanto, basarse únicamente en el color es insuficiente y puede llevar a errores.
  • Peso y densidad uniformes: Otra creencia errónea es que el oro siempre tiene un peso y una densidad uniformes. La densidad del oro puede variar ligeramente según su pureza y aleación, por lo que se deben considerar otros métodos además del peso y la densidad.
  • Joyas siempre auténticas: No todas las joyas son necesariamente de oro auténtico. El oro falso o enchapado en oro se utiliza en la fabricación de joyería, por lo que es esencial verificar la autenticidad de las joyas antes de darlas por sentado como oro.

Es fundamental evitar estos mitos y errores comunes al intentar identificar el oro, ya que podrían llevar a conclusiones incorrectas y costosas.

Recursos y herramientas útiles

A la hora de determinar si un objeto es oro, hay varias herramientas y recursos útiles disponibles que pueden facilitar el proceso. Algunos de los recursos y herramientas más valiosos incluyen:

  • Kits de prueba de oro: Estos kits contienen una variedad de ácidos de prueba de diferentes concentraciones y se utilizan para realizar la prueba de ácido en un objeto sospechoso de ser oro. Los kits suelen incluir instrucciones claras y se pueden encontrar en tiendas especializadas de joyería o en línea.
  • Lupas y microscopios: La observación minuciosa de las marcas y características de un objeto con una lupa o microscopio puede ayudar a identificar sellos y marcas auténticas.
  • Balanzas de precisión: Las balanzas precisas son útiles para medir con precisión el peso de un objeto, lo que puede ser un indicador importante de su autenticidad.
  • Documentación y certificación: Al adquirir oro, especialmente en forma de joyería o monedas, la documentación y los certificados de autenticidad proporcionados por fabricantes o vendedores de renombre pueden ser recursos valiosos para verificar la autenticidad.
  • Asesoramiento de expertos: En caso de duda, siempre es recomendable buscar el asesoramiento de expertos en joyería o gemología. Los profesionales pueden utilizar herramientas y técnicas avanzadas para confirmar la autenticidad del oro.

Compra oro solo en joyerías de confianza

Para terminar, te recordamos que en Naithelo solo utilizamos oro de 18 quilates 100% reciclado y gemas certificadas. 

A continuación podrás ver algunas joyas de nuestro catálogo. Todas elaboradas en oro de 18K

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