Los diamantes son piedras preciosas muy reputadas y buscadas a nivel internacional. Su belleza, su brillo y su pureza han hecho que se conviertan en las gemas más ansiadas. Por desgracia, eso ha provocado que haya un comercio ilegal de diamantes que atenta directamente contra los derechos humanos. Para evitarlo, se lanzó lo que se conoce como proceso de Kimberley. Y hoy te vamos a contar todo lo que necesitas saber respecto a este.

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Qué es el proceso de Kimberley

Quien ya haya comprado diamantes en alguna ocasión, probablemente haya leído algo relacionado con el Sistema de Certificación del Proceso de Kimberley. Para comprender por qué nace este, hemos de contextualizar las condiciones en las que se encontraba hace unos años la industria de los diamantes. Principalmente en Sierra Leona, donde el conflicto se ha palpado con mucha más fuerza. Tanto es así que ese fue el detonante que dio comienzo a este proceso.

El conflicto de Sierra Leona

Alrededor de la década de 1930, un grupo de extranjeros descubrió por primera vez un yacimiento de diamantes en Sierra Leona. Los niños de allí jugaban con este material en bruto, la gente de la zona lo usaba de forma habitual y el valor que le otorgaban era muy bajo. Y fue en ese momento en el que muchos comerciantes, atraídos por el valor de los diamantes, acudió a Sierra Leona. Por desgracia, eso conllevó una gran explotación y el inicio del tráfico ilegal de diamantes.

A finales del siglo pasado, la guerra civil de Sierra Leona hizo que la situación empeorase aún más. Este comercio masivo de los posteriormente conocidos como diamantes de sangre se incrementó, aprovechándose de las circunstancias en las que se encontraban los ciudadanos. Estas gemas eran extraídas usando técnicas violentas, explotando incluso a niños para obtener cada vez más material. Además, los beneficios que se obtenían del comercio se usaban para financiar estos conflictos armados, con lo cual la situación empeoraba. 

Fue en el año 2000 que una gran cantidad de países decidieron reunirse y crear el conocido como Proceso de Kimberley. El objetivo principal del mismo era defender los Derechos Humanos y asegurar que algo así jamás volviera a suceder. Trabajaron de forma conjunta muchos gobiernos y representantes de la industria del diamante para garantizar que, a partir de ese momento, los diamantes nunca más estuvieran manchados de sangre.

En qué consiste esta certificación

El funcionamiento de este Proceso de Kimberly es sencillo: se busca garantizar que los diamantes no vuelvan a financiar jamás un conflicto armado. Para ello, se debe demostrar que su origen no es tan turbio como antaño y que no hay explotación de por medio

También conocido como el KPCS, este surgió de una reunión que tuvo lugar entre los estados productores de diamantes en el continente africano. Poco después, las Naciones Unidas decidieron aliarse y apoyar este sistema de certificación. Además, en 2002 esto fue más allá y muchos países se sumaron a la causa. Estos países que buscaban obtener la certificación necesitaban cumplir con ciertas exigencias para obtenerla.

Exigencias

Seguramente te estés preguntando cómo se puede garantizar el origen de estos diamantes. Es muy sencillo: para que un país pueda acceder a esta certificación, debe necesariamente cumplir con unos requisitos muy claros. Estos son los siguientes:

    1. En primer lugar, se debe garantizar que ningún diamante del país financia a un grupo rebelde o cualquier grupo violento que busque destituir un gobierno oficial. Es decir, que no debe atentar jamás contra un gobierno reconocido por las Naciones Unidas.

    2. Además, estos diamantes deben tener un certificado oficial que señale que ha cumplido el Proceso de Kimberley.

    3. Por último, no puede haber en ningún momento exportación de diamantes de países que no conforman este plan.

Solo cumpliendo estas directrices se permite que un país forme parte del plan. No obstante, hay quien considera que todavía no se ha hecho suficiente para evitar los llamados diamantes de sangre. Por ejemplo, desde Amnistía Internacional señalan que “hasta que el comercio del diamante no esté sujeto a un control obligatorio e imparcial, no habrá garantías efectivas de que todos los diamantes sean identificados y retirados del mercado”.

Cabe señalar que, pese a las críticas existentes, se ha reducido mucho el número de diamantes de sangre que estaban en el comercio. Es más, ha ayudado a que algunos conflictos finalicen antes, como la Guerra Civil de Angola.

 

Países participantes

Como hemos señalado, no todos los países se han decidido a formar parte de este Proceso de Kimberley. Como consumidores, es importante que seamos conscientes de cuáles sí han dado este paso para, de esta manera, no favorecer jamás las guerras mediante nuestro consumo. Así que vamos a mostrar una lista de todos los países participantes, para tenerlo en cuenta:

    1. Angola.

    2. Armenia.

    3. Australia.

    4. Bielorrusia.

    5. Botsuana.

    6. Brasil.

    7. Canadá.

    8. Corea del Sur.

    9. China.

    10. Chile.

    11. La República Centroafricana.

    12. Costa de Marfil.

    13. Todos los países que conforman la conocida como Unión Europea.

    14. Estados Unidos.

    15. Ghana.

    16. Guinea.

    17. Guyana.

    18. India.

    19. Israel.

    20. Japón.

    21. Laos.

    22. Líbano.

    23. Lesoto.

    24. Malasia.

    25. Mauricio.

    26. México.

    27. Namibia.

    28. Noruega.

    29. Panamá.

    30. Singapur.

    31. Sierra Leona.

    32. Sudáfrica.

    33. Sri Lanka.

    34. Suiza.

    35. Tanzania.

    36. Tailandia.

    37. Togo.

    38. Ucrania.

    39. Emiratos Árabes Unidos.

    40. Venezuela.

    41. Vietnam.

    42. Zimbabue.

Como puedes apreciar, ¡son muchos! Es precisamente esto lo que ha garantizado un avance en positivo por la lucha por los Derechos Humanos.

Conclusiones

Con el paso de los años, se ha demostrado que este Proceso de Kimberley ha ayudado a acabar en buena medida con el comercio ilegal de diamantes. Como consumidores, lo único que se puede hacer es vigilar de dónde provienen los diamantes que adquirimos. Gracias a esta certificación, siempre y cuando compremos diamantes en países comprometidos sabremos que no estamos financiando con nuestra compra ningún conflicto bélico.

La clave es confiar en joyerías de buena calidad y que sean capaces de ofrecer todos los certificados necesarios. No dudes en consultarnos cualquier duda que tengas al respecto, puesto que desde Naithelo estaremos encantados de echarte una mano.

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