Además de elegir la forma del anillo de compromiso, es fundamental seleccionar de forma apropiada la piedra que va a formar parte de este. ¡O las piedras, dependiendo del diseño! Cada una tiene un significado diferente y que seguramente quieras conocer antes de lanzarte a la aventura de la compra.
Los diamantes son, como hemos señalado desde el principio, una de las piedras predilectas en este ámbito. Se asocian a la pervivencia en el tiempo, se habla de ellos como algo totalmente irrompible. Y es por eso por lo que nos gusta asociarlos al amor: porque lo vemos también como algo que sobrevivirá indemne al paso de los días. Son siempre una buena elección.
Junto al diamante, es muy fácil encontrar anillos de compromiso de esmeralda. Son, hoy en día, una de las piedras más cotizadas del mercado. Pese a que su significado se asocia con la salud, también lo hace con la esperanza, la fertilidad o incluso esa posibilidad de renacer de las cenizas. Si tu pareja ha superado fuertes baches para llegar hasta donde ha llegado, no hay nada como una esmeralda para hablar de su nueva vida.
